jueves, 23 de abril de 2015

Relatos de orìgenes

 capítulo anterior llamaba la atención acerca del carácter épico de la obra de Navarro Villoslada Amaya o los vascos en el siglo VIII 2 . Este carácter viene dado por el hecho de que en sus páginas se proporcione un completo relato acerca de los orígenes de Navarra. En primer lugar, la novela recogía una descripción de la procedencia de los vascos por medio de la leyenda de Aitor. En segundo lugar, ofrecía un relato acerca de los primeros pasos del reino de Navarra a través de su propio argumento. Navarro Villoslada había tomado la historia del patriarca Aitor del escritor suletino Augustin Chaho, quien la había publicado en su periódico L’Ariel en 1843 3 . En rigor Chaho sólo había escrito una fantasía literaria pero, por razones que todavía no están claras, su invención fue tomada por buena parte de sus lectores como un relato verídico. El papel de la leyenda dentro de Amaya es bastante llamativo. Como vimos, la novela narra principalmente el nacimiento del reino de Navarra, a saber, la unión de vascones y godos en defensa de la fe católica. Sin embargo, este relato se asienta sobre el de Chaho, relativo a la llegada de los vascos al Pirineo, dado que, en la novela, el surgimiento de la monarquía navarra es anunciado por una profecía del patriarca primigenio. A esto se añade que Navarro Villoslada prosiguiera una rancia tradición historiográfica local relativa al origen de los fueros. Según ella, éstos recogerían los viejos usos y costumbres de los vascones y habrían sido institucionalizados al tiempo que se coronaba al primer monarca. De este modo Amaya daba cuenta de forma

Juttíñamüi modela el universo

Este relato del mito de la Creación y del origen de los nombres está tomado del libro Primitivos relatos contados otra vez de Hugo Niño (1976). Los indígenas Huitoto (o witoto) habitan en la zona del sur del departamento del Amazonas de Colombia. Se estima que esta etnia tiene una población de 6.245 personas. Los Huitoto hablan diversos dialectos de acuerdo con la zona donde se asientan. La narración es la siguiente:
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Antes no había más que tinieblas. Una vez Juttíñamüi, padre creador, dominador del universo, conversó, a solas, con su espíritu, acerca de cómo formar el mundo. Después de reflexionar mucho, se decidió por hacer primero la superficie, luego los árboles y luego los animales.
Cuando hizo los animales, los examinó cuidadosamente y, como no quedó contento, resolvió modificarlos para que que­daran mejor a su imagen, a su deseo. Se dedicó, pues, a com­ponerlos; y cuando terminó la modificación de aquéllos cuya naturaleza era buena para tal, decidió:
—Voy a hacer Jitoma, pues no veo bien lo que he hecho.
Y el Sol apareció iluminando al mundo.
Pero como Juttíñamüi no los había modificado a todos, muchos quedaron con plumas, con colas, como los lagartos. Quedaron animales, porque no los alcanzó a crear bien; pues cuando Jitoma alumbró al mundo, dividió a los seres en dos clases: hombres y animales. De ahí que los animales que­daran envidiosos del hombre, porque debido al Sol no alcanzaron a ser creados bien. Por eso en la noche son mansos y al amanecer se tornan ariscos; ésa es su naturaleza. Quedaron, pues, los animales en un lado y en el otro los primeros creados, cuyos nombres fueron: Yinaka Puinaño, la primera madre, y Yinaka Kcinuya Puinoima, el primer padre.

La mitología clásica

  •   La mitología griega está formada por un conjunto de leyendas que provienen de la religión de esta antigua civilización del Mediterráneo oriental. Los griegos, aunque no practicasen la religión, conocían estas historias, las cuales formaban parte de su acervo cultural.
  •   Los dioses del panteón griego adoptaban figuras humanas y personificaban las fuerzas del Universo; al igual que los hombres, los dioses helenos eran impredecibles, por eso unas veces tenían un estricto sentido de la justicia y otras eran crueles y vengativos; su favor se alcanzaba por medio de los sacrificios y de piedad, pero estos procedimientos no eran siempre efectivos puesto que los dioses eran muy volubles.
  •   La mitología griega es absolutamente compleja, llena de dioses, monstruos, guerras y dioses entrometidos. Algunos estudiosos afirman que llegó a haber hasta 30.000 divinidades en total.
  •   Esta mitología comparte una estrecha similitud con la mitología romana, en cuanto a los nombres de varios dioses y personajes de importancia. También se relacionan en cuanto a la parte mitológica de la religión; creencias, tradiciones y todo lo ligado o referente a Mitología.

Los mitos y su función

Los mitos son relatos o tradiciones que intentan explicar el lugar del hombre en el universo. la naturaleza de la sociedad, la relación entre el individuo y el universo que percibe y el significado de los acontecimientos de la naturaleza.
Hoy tendemos a delimitar los hechos que pueden ser probados científicamente de las ideas y creencias que no se pueden probar.
Estas últimas se agrupan a menudo despectivamente como imaginación, invenciones o mitos.
Esta discutible contradicción entre mito y fantasía por una parte y "hechos íncontrovertibles por otra, disimula y distorsiona el valor y significado de los mitos como guías para la vida.
los mitos se dan en todas las partes y todos los pueblos del mundo y. a pesar de su asombrosa variedad, compartan ciertas características. Estas similitudes son debidas a que los hombres se encuentran en todos los Sitios ante los mismos problemas básicos y se plantean las mismas preguntas. Quieren saber por que son lo que son. por qué la naturaleza se comporta como lo hace y cómo están relacionados las causas y los efectos. Es propio del ser humano buscar causas y significados a todo cuanto aparece ante él. Aunque la ciencia ha contestado ya a muchas preguntas acerca del "cómo", los "porqué" la relación del hombre con el cosmos, la naturaleza de la fuerza vital en su interior continúan irresolutos e irresolubles.
Mitos y religiones tienen en común el que ambos brindan a la vez explicaciones y causas: tanto el "cómo" como el "porqué" del universo. Sin embargo, en contraste con la mayor parte de las religiones, la mayoría de los mitos no pretenden ser mía gula directa. Contienen una moral implícita, pero su fin principal no es imponerla. Son simplemente historias que se proponen explicar los aspectos no cuantificables de la existencia y que tratan a la vez de las vivencias humanas habituales y de lo sobrenatural.

Las leyendas y su función

Leyendas 

Las leyendas, se presentan, como historias verdaderas y tienen a menudo una función etiológica (sirven para explicar cómo un linaje alcanzó el poder, sustentando así su legitimidad política); suceden en un tiempo real, histórico, en lugares reconocibles por el oyente o lector y a menudo con protagonistas reales.

Una leyenda es un relato de hechos humanos que pasan de generación en generación que es percibido por el emisor y el receptor, como parte de la historia. La leyenda posee cualidades que le dan cierta credibilidad, pero al ser transmitidas de boca en boca, se van transformando y convirtiéndose en historias fantásticas.

Leyenda, tiene su origen en la palabra latina legenda que significa “lo que debe ser oído”. Inicialmente, era una narración escrita leída en público en las celebraciones de las festividades de los santos. Desde el siglo XIX, la leyenda es considerada como un sinónimo de tradición popular.

La leyenda se caracteriza prioritariamente por ser de carácter oral, es un relato hablado que se transmite tradicionalmente en un lugar, un pueblo, una población. Donde se señala históricamente lugares precisos, que son parte de la realidad. La leyenda tiene historias maravillosas y ficticias, que se basan en la realidad, ya sea de una persona, de un lugar, de un fenómeno natural, etc.

Se pueden contar leyendas de héroes, de la historia, de santos, etc. La leyenda, en lugar de explicar algo sobrenatural, trata de dar a conocer, de manera llamativa, las características de un pueblo, región. Es ese apego por la cultura de un lugar determinado hace que la leyenda sea parte de la cultura.

Las categorías de personajes del mito contienen, al héroe cultural, al dios que mata, que es envidioso, a la madre tierra, gigantes, etc. Uno de los medios más comunes de clasificación es a través del uso de oposiciones binarias. Zeus y los titanes, blanco y negro, viejo y joven, alto y bajo son los perfiles que reflejan la necesidad humana de trocar diferencias de grado en contradicciones de clase.

Elementos y funciones de la narración mítica

En este artículo se aborda el pensamiento narrativo y la narración mítica, el primero como condición inherente al ser humano que no puede ignorarse, ni pasarse por alto, por constituir una de las formas de conocimiento del mundo, y la segunda como realidad simbólica y modelo ejemplarizante de la pluralidad de acciones humanas encaminadas a una búsqueda de trascendencia. En ambos casos, se señala su importancia en relación con la formación de los niños1 . Para el desarrollo de las temáticas, se tienen en cuenta dos referentes problematizadores. El primero, enmarcado en el ámbito de la educación básica primaria donde la presencia formal del pensamiento narrativo, en el ámbito escolar, parece no ser vertebral ni nuclear. La narrativa se ha tratado como un tema más dentro del currículo, mas no como uno de los modos de conocer el mundo ligado esencialmente a la cotidianidad, a la intuición, a lo afectivo. El segundo referente está relacionado con la manera como se han separado, muchas veces de modo tajante, unas y otras disciplinas de la enseñanza, pretendiendo aislar lo afectivo de lo racional. Es como si el pensamiento lógico, que predomina en las matemáticas por ejemplo, careciera de contacto y de necesarios vínculos con el pensamiento narrativo. Se pasa por alto que nuestra mente funciona como totalidad y no es posible desligar el concepto de la imagen, ni de la narrativa, cuando se pretenden procesos pedagógicos de enseñanza en los niños. Se hace necesario, entonces, referirse tanto a la estructura originaria que hace posible el pensamiento narrativo, esto es: el pensamiento mítico, como a una manifestación esencial de ese pensamiento, esto es: la narración mítica, realizando las conexiones pertinentes con la formación de los niños en el ámbito escolar.

Escritura de relatos mitológicos

Es la literatura de tradición oral la que puede convertir la palabra en figura simbólica y transformar en habla un cúmulo de símbolos. Será en el reino de la Literatura Popular donde el mito alcance también nivel poético, convirtiéndose de este modo el símil y la metáfora en insustituibles recursos retóricos para comunicar conceptos y emociones. Estas dos figuras literarias, generalmente, dan coherencia a la realidad social en la que vivían los pueblos antiguos y en ciertos aspectos nos describen sus vivencias. Son innumerables y variados los entes en los que se inspira el pueblo en la búsqueda de la comparación e identificación entre el mundo real y el sobrenatural, existiendo en el hombre una tendencia innata a relacionar las fuerzas cósmicas con seres fantásticos a la vez que se origina una interacción de los rasgos comunes (concepción interactiva), donde hay siempre un término intermedio (la luz, el color, la configuración, el sonido, la voz, etc) que tiene atributos consustanciales a los dos mundos: el humano y el sobrenatural. Es decir, relatos que se basan en algún tipo de memoria del pasado, mezclando realidad y fantasía. El hombre siempre ha mitificado lo misterioso y los primitivos interpretaban el poder de la naturaleza como signo de una fuerza sobrehumana, siendo el miedo a lo desconocido lo que provoca una argumentación mítica, exigiendo asimismo en la introducción de lo fantástico una vulneración de las leyes de la naturaleza. Las fábulas eran para los pueblos legendarios un medio de expresión, de comunicación y de estructuración de la sociedad y como tales sociedades arcaicas que ignoraban las causas de los fenómenos atmosféricos, tuvieron que expresar estos enigmáticos acontecimientos mediante una serie de mitos. Relatos que como forma de expresión y comprensión también usaban los profetas y los filósofos para comunicar postulados religiosos o filosóficos con la finalidad de satisfacer necesidades religiosas o ansias morales. Y como el pueblo para explicar lo que observaba recurría a la imaginación, predomina en sus tradiciones más lo sobrenatural que lo real o histórico, convirtiendo los mitos en símbolos y dando pábulo a innumerables narraciones fantásticas.