jueves, 23 de abril de 2015
Elementos y funciones de la narración mítica
En este artículo se aborda el pensamiento narrativo y la narración mítica, el primero como condición
inherente al ser humano que no puede ignorarse, ni pasarse por alto, por constituir una de las formas de
conocimiento del mundo, y la segunda como realidad simbólica y modelo ejemplarizante de la pluralidad de
acciones humanas encaminadas a una búsqueda de trascendencia. En ambos casos, se señala su
importancia en relación con la formación de los niños1
.
Para el desarrollo de las temáticas, se tienen en cuenta dos referentes problematizadores. El
primero, enmarcado en el ámbito de la educación básica primaria donde la presencia formal del
pensamiento narrativo, en el ámbito escolar, parece no ser vertebral ni nuclear. La narrativa se ha tratado
como un tema más dentro del currículo, mas no como uno de los modos de conocer el mundo ligado
esencialmente a la cotidianidad, a la intuición, a lo afectivo. El segundo referente está relacionado con la
manera como se han separado, muchas veces de modo tajante, unas y otras disciplinas de la enseñanza,
pretendiendo aislar lo afectivo de lo racional. Es como si el pensamiento lógico, que predomina en las
matemáticas por ejemplo, careciera de contacto y de necesarios vínculos con el pensamiento narrativo. Se
pasa por alto que nuestra mente funciona como totalidad y no es posible desligar el concepto de la imagen,
ni de la narrativa, cuando se pretenden procesos pedagógicos de enseñanza en los niños.
Se hace necesario, entonces, referirse tanto a la estructura originaria que hace posible el
pensamiento narrativo, esto es: el pensamiento mítico, como a una manifestación esencial de ese
pensamiento, esto es: la narración mítica, realizando las conexiones pertinentes con la formación de los
niños en el ámbito escolar.
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